Se llama Mike Strizki , vive en Nueva Jersey, es ingenier de caminos y ha conseguido algo realmente admirable: no pagar un duro en su factura doméstica y no emitir a la atmósfera nada excepto oxígeno.

Precio de la instalación: 500.000 dólares!

El concepto es sencillo, paneles solares cuyo exceso de producción en los días soleados se lleva a un electrolizador, donde el agua se descompone en H y en O. El oxígeno se libera directamente a la atmósfera y el hidrógeno se almacena en tanques para su reconversión en electricidad (a través de una pila de combustible) en los días nublados. Ademas, Strizky utiliza ese mismo hidrógeno para alimentar su coche biológico.

El precio del invento lo aleja del bolsillo del común de los mortales, y la eficiencia de la reconversión del hidrógeno a electricidad dista mucho de ser la óptima (pérdidas de hasta un 50%) pero es todo un primer paso. Esperemos que la producción en serie haga descender los precios.

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