Hay sets que se recuerdan por la energía. Otros, por la música. Pero muy pocos se quedan grabados por lo que hacen sentir. El de Four Tet en Glastonbury 2025 fue de esos.
Una sesión breve, pero absolutamente transformadora, donde el productor británico reimaginó uno de los himnos electrónicos más icónicos: Opus de Eric Prydz.
Four Tet no se limitó a poner su firma sobre el tema. Lo descompuso, lo estiró, lo aceleró, y le dio una nueva forma. Un build-up más tribal, más rítmico, menos controlado y más visceral. La melodía sigue ahí, pero ahora late. Respira. Se mueve con el público.
El remix de Opus fue solo el inicio. La transición hacia Only Human fue pura alquimia: percusiones rotas, vocales flotantes y un groove hipnótico que mantuvo la pista en vilo.
Para cerrar, Daydream Repeat, una pieza más introspectiva, llevó la energía hacia dentro. Como si después de tanto baile, solo quedara abrazarse y dejarse ir.
Entre luces estroboscópicas, brazos en alto y sonrisas sin idioma, Four Tet demostró que un set de electrónica puede ser más que entretenimiento: puede ser catarsis.
Un momento para recordar que, incluso en este mundo agitado, todo va a estar bien.
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